Me llamo Cristina Arranz y desde que recuerdo soy actriz. 

Nací en Madrid en el seno de una familia numerosa, ser la cuarta de seis hermanos hizo que pronto aprendiera a trabajar en equipo. De pequeños solíamos jugar a leer en voz alta, disfrazarnos y montar obras de teatro pintando los decorados en una sábana y cobrando las entradas con el dinero del Monopoli. Mis padres, aficionados al teatro, enseguida vieron que para mí era más que un juego y deciden apuntarme a clases de teatro en La Sala Triángulo. 

Pronto entré a formar parte de la compañía y con solo dieciséis años comencé a trabajar en el marco del circuito alternativo donde tuve contacto con maestros internacionales, recordando con especial cariño a Leonid Roberman y yuri Berladin de la escuela Vajtangov de Moscú. Cuando cumplí la mayoría de edad conseguí una beca para estudiar en el Teatro de La Danza y asistía al estudio de Arnold Taraborrelli del que recibí clase durante quince años. 

Más adelante cursé estudios en el Laboratorio William Layton y en el Teatro de La Abadía y cumplí mi sueño de ir al Odin Teatret en Dinamarca compaginando siempre mi formación con mi trabajo como actriz. He trabajado con directores de la talla de Jorge Lavelli, José Carlos Plaza, José Luis Gómez, Vicente Aranda, Magüi Mira, Carles Sans, Paco Vidal, Liuba Cid o Carlos Martinez-Abarca.

Me considero una persona sensible, inquieta y disciplinada, me gustan los procesos creativos y la investigación. Me relaciono con el mundo desde mi Ser actriz porque me aporta claridad y una visión más amplia de las cosas y mantiene activo mi sentido del humor. Actualmente estoy enfocando mi trabajo hacia el ámbito audiovisual perfeccionando mis habilidades ante la cámara y experimentando con la escritura de guión.

 

Cristina Arranz.